100 Años de la Clínica Marly “Profesor Carlos Esguerra Gaitán Cristalización de una idea, Casa de Salud y Sanatorios de Marly”

Nació el doctor Esguerra Gaitán en Bogotá, el 14 de diciembre de 1863(1,2).Era hijo del ilustre político liberal, don Nicolás Esguerra Ortiz, &59; quien nació en la misma ciudad, el 10 de septiembre de 1838, abogado, escritor, esclarecido hombre público, brillante orador, ilustre patricio y uno de los varones más respetables que dio Colombia en el siglo XIX, que ocupó cargos muy altos en la administración pública, tales como ministro, Representante y Senador en varias oportunidades, Magistrado de la Corte Suprema de Justicia, delegado de Colombia en el exterior, asesor de relaciones exteriores y candidato a la Presidencia de la República, perteneció a la logia masónica «Estrella de Saravita», que se fundó en El Socorro, en 1865, y murió en su ciudad natal, el 3 de diciembre de 1923(3), y de su esposa, doña Ignacia Gaitán Esguerra, fallecida en Bogotá, en noviembre de 1913(4). &59; &59; Del doctor Nicolás escribió el doctor Luis López de Mesa que «fue ciudadano perfecto de una era de hombres eximios»(5) y, su eminente coetáneo, el doctor Carlos Martínez Silva, se refirió a él como el «gran ciudadano»(5). &59; De los muchísimos retos que el doctor Esguerra Gaitán enfrentó en su larga y productiva vida, he querido contemplar esta noche cinco de ellos&58; el primero, el de su formacion profesional, la cual realizó en la &59; Facultad de Medicina de la Universidad Nacional(6), donde recibió su grado de doctor en Medicina y Cirugía, el 13 de agosto de 1864 (7)&58;apenas contaba con veinte y un años(5).Con posterioridad a su grado, el joven Esguerra Gaitán se trasladó al hoy Magdalena medio, &59; a la ciudad de Honda yal puerto de La Dorada, ambas en la margen izquierda del gran río. Allí, a brazo partido, a mano limpia, sin recursos técnicos, se empeñó en una reñida lucha -escribió su discípulo y gran amigo Luis López de Mesa- por «mejorar las condiciones higiénicas de la navegación (fluvial), atender a la salud de los ferroviarios de esa palúdica región y adquirir la experiencia nosológica que había de serie provechosísima en sus tesis posteriores de Caracas y París, incluyendo, sin duda, la confirmación de los notables estudios de su tío Domingo Esguerra Ortiz sobre diagnóstico de la fiebre amarilla tolimense»(5). Se iniciaba así el segundo de sus retos&58; probar lo que había visto y experimentado personalmente&59; la existencia de fiebre amarilla en las márgenes del río Magdalena, en el interior del país.